Crítica de libros,  LIB

E=mc², de David Bodanis

David Bodanis,

E=mc²: Biography of the World’s Most Famous Equation

(E=mc²: la biografía de la ecuación más famosa del mundo)

Berkley Publishing Group, octubre 2001 y múltiples reediciones posteriores; ISBN: ‎ 978-0425181645

En esta obra breve el autor, David Bodanis, expone algunas anécdotas históricas y sobre la vida personal de varios científicos usando como hilo conductor (o tal vez habría que decir como pretexto) la ecuación E = mc2, seguramente una de las más famosas de la física universal pero a la vez una de las menos comprendidas por el público. Aunque el libro cuenta con valores evidentes, y a pesar de contener información curiosa, creo que es débil en la exposición de contenidos científicos y que no logra lo que anuncia el subtítulo, a saber, trazar una verdadera biografía de la ecuación y su significado. En cambio, hay que valorar lo llamativo del título, la brevedad del libro y su fácil lectura, rasgos que pueden hacerlo atractivo para cierto sector de público.

 

Título e intenciones del autor

El título me parece, como digo, muy llamativo. Stephen Hawking bromea en Historia del tiempo sobre los peligros de incluir fórmulas en los libros dirigidos al público general: su editor le había advertido que por cada fórmula que apareciera en el texto se dividiría entre dos el número de lectores. Sin embargo, Hawking no dudó en incluir una única expresión matemática, justamente la que tenemos ahora entre manos, E = mc2, descubierta por Einstein y que expresa la equivalencia entre energía (E) y masa (m), relacionadas mediante el cuadrado de la velocidad de la luz (c2). Todo el mundo la ha visto alguna vez y, se entienda o no, ejerce sobre el público una gran fascinación. Tanto es así que a Bodanis no le ha parecido arriesgado poner la fórmula no ya en el interior del libro, sino en el mismísimo título. El subtítulo, imprescindible para entender las intenciones del autor, anuncia que nos encontramos ante una biografía de la ecuación más famosa del mundo.

Cubierta de la edición inglesa. Junto a la fórmula, la inevitable foto de Einstein, siempre un buen argumento de venta

La introducción empieza con una referencia a una actriz de moda en estos tiempos (Cameron Díaz). Al parecer, la estrella terminó una entrevista concedida a una revista de gran difusión afirmando que de verdad le interesaría enterarse del significado de la ecuación E = mc2. Bodanis declara que ha escrito el libro con la intención de satifacer la curiosidad no solo de esta actriz, sino de todas las personas no especialistas que puedan tener la misma inquietud. Además, afirma que pretende hacerlo eludiendo el estilo habitual de los libros divulgativos sobre la teoría de la relatividad, que para la mayoría de lectores no son más que «un amasijo de diagramas extraños, con trenecitos y naves espaciales y linternas que lanzan destellos, obras que dejan perplejo a quien intente seguirlas». Este estilo jocoso tan estadounidense de empezar una explicación con un par de bromas, en tono informal, puede gustar o no (a mí personalmente no me parece mal, si no se abusa de él), pero, por lo menos en este caso, deja bien claras las intenciones del autor al empezar el libro: quiere explicar un asunto científico relevante, aspira a hacerlo entendible por todos los públicos y le gustaría emplear para ello recursos novedosos. La declaración de intenciones convence y me entrego a la lectura con verdadero interés.

Antes de empezar consulto el índice. El libro se estructura en cuatro partes. En justa correspondencia con la «biografía» anunciada, se titulan: «nacimiento», «ancestros», «los primeros años», «madurez» y «hasta el fin de los tiempos».

 

Contenido

Sin embargo, el libro no cubre las expectativas. Los títulos de las partes no se corresponden con lo que cabría esperar en una verdadera historia de la ecuación. Esta obra contiene, en realidad, cinco grupos de anécdotas (un grupo por cada parte del libro) relacionadas de modo más o menos directo con la ecuación que da título al conjunto, pero inconexas entre sí, seleccionadas con mucha arbitrariedad y, en mi opinión, no siempre narradas con rigor. Dentro de cada parte pueden encontrarse contenidos que justifican sus títulos respectivos, pero en general se da muchísima más importancia a las anécdotas personales e históricas (no siempre relevantes) que a la explicación de los conceptos científicos. En estas páginas se pueden leer con mayor o menor profundidad las tribulaciones personales y profesionales de algunos científicos de distintos niveles, así como un relato parcial y poco pertinente de ciertos episodios de la Segunda Guerra Mundial (parte cuatro). Cuando el autor intenta aclarar conceptos científicos lo hace con prisa, recurriendo a analogías muy poco claras y con muy poco orden. Las explicaciones hacia el final del capítulo cinco son especialmente dispersas y caóticas. Bodanis llega en cierto punto a aplicar el significado de la ecuación sin haberlo explicado aún, dando por supuesto que el lector ya debe de haberse hecho una idea por todo lo antedicho. La visión que trasmite del significado de las ecuaciones físicas es difusa y casi mágica. Su explicación de por qué no puede superarse la velocidad de la luz me parece floja y desafortunada.

Mi crítica no se refiere a que el nivel del libro sea excesivamente elemental. El autor ha elegido el nivel de formación del público a que va dirigida la obra y no tengo nada que objetar a ello. Lo que ocurre es que, en mi opinión, las explicaciones científicas, del nivel que sean, no están planificadas, organizadas ni preparadas con acierto. Como resultado, las personas que lean este libro no quedarán perplejas con haces de luz y trenecitos, pero aprenderán poco sobre el significado de la ecuación. Sin embargo, aprenderán suculentas anécdotas sobre la vida de algunos científicos y accederán a una versión poco rigurosa de la historia del bombardeo de Hiroshima.

Como crítica final a los contenidos y el estilo de exponerlos, comento la que tal vez sea la muestra más obvia del desequilibrio con que están seleccionados los materiales para la obra. Las más de cuarenta páginas dedicadas a hazañas bélicas en la parte cuatro contrastan con las tres páginas y media en que se despacha una lista apresurada e incompleta de las aplicaciones tecnológicas que podemos encontrar en la vida cotidiana relacionadas con la ecuación E = mc2. Leyendo este libro no se aprende en qué se basan los tratamientos radiactivos contra el cáncer, ni cómo se genera electricidad en una central nuclear, cómo funcionan el Kursk o el Tireless ni por qué el método del carbono 14 pudo demostrar la falsedad de la sábana de Turín. Todos estos temas se mencionan solo muy por encima. En contraste, nos encontramos páginas y páginas con una descripción meticulosa y apasionada de las sucesivas misiones bélicas aliadas para sabotear una planta industrial de producción de agua pesada en Noruega.

 

Otros valores del libro

Creo que este libro no ofrece lo que anuncia en cuanto a contenidos. No traza una verdadera biografía de la ecuación y, además, no logra explicar con corrección y de manera entendible el significado de la expresión matemática, la física subyacente ni sus aplicaciones. Sin embargo, presenta aspectos valiosos en lo que se refiere a valores, lo que en la ESO llamarían «contenidos actitudinales». Los enumero:

● El libro anima desde el principio a interesarse por la ciencia a personas que no son brillantes en la escuela y demuestra que para ser un buen científico no hay por qué ser un empollón. Esto lo logra contando los fracasos académicos de Einstein y la trayectoria científica extraacadémica de Faraday.

● Insiste en que la ciencia no es cosa de hombres proporcionando multitud de ejemplos de grandes mujeres científicas que realizaron aportaciones significativas a distintas ramas del saber: Emilie du Châtelet, Mileva Marić, Maria Skłodowska, Lise Meitner, Cecilia Payne.

● Defiende las contribuciones de científicos por encima de las barreras étnicas y geográficas (caso, por ejemplo, del indio Chandrasekhar).

● Con sus anécdotas sobre debates científicos y errores de maestros consagrados demuestra que los científicos son falibles y humanos, y que uno de los valores en ciencia es la heterodoxia.

 

Conclusión

En conclusión, el libro de David Bodanis me parece mediocre en cuanto a contenidos objetivos, deficiente en la organización y el estilo utilizados en las explicaciones de conceptos científicos, e interesante en cuanto a la visión que ofrece de la ciencia. No puedo calificarlo de libro de divulgación científica en el sentido habitual del término, porque trasmite poca ciencia. Más bien diría que es un librito sencillo dirigido a lectores sin formación científica previa y que a través de los valores que comunica puede conseguir que algunas personas se interesen por la ciencia y pasen a leer después libros con contenidos científicos relevantes, verdadera divulgación. Poco útil para enseñar ciencia, tal vez útil para interesar por la ciencia. Espero que, al menos, la publicación sirviera al autor para conseguir su ansiada cita con la diva cinematográfica de Hollywood a la que menciona en la introducción.

 

Cubierta de la edición más reciente en lengua castellana, en la editorial Amat. Traducción de Juan María Lopez de Sa y de Madariaga

El libro de David Bodanis se ha convertido en un éxito editorial en su lengua original y fue traducido al castellano por Juan María López de Sa y de Madariaga para la editorial Planeta, en tres ediciones (2003, 2005, 2006). En 2020 lo volvió a publicar la editorial Amat.